UC - Críticas
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LA FRAGILIDAD DEL AMOR EN UNA HABITACIÓN DE HOTEL
“Ploy” es una extraña película tailandesa que se proyectó en Zabaltegui y que tuvo una acogida discreta por parte del público (por no decir algo peor) y es que en ocasiones el cine oriental tiene un lenguaje narrativo algo críptico como es en esta ocasión, dificultando la compresión del público.
La película narra en forma de drama psicológico un triángulo formado por un matrimonio en crisis y una joven misteriosa que se llevan a su habitación de hotel mientras espera a su madre. La película se inicia como una especie de “Lost in Translation” pasada por un colador chino que luego se va transformando en un consomé de “Eyes wide shut” y que cuando se enfría se sirve casi como una peli de terror con psicópata incluido. Eso sería la simplificación máxima de una película enormemente compleja.
El argumento de "Ploy" nos sumerge en el universo de una pareja que tiene ya mas de 7 años de relación rutinaria y que se hospedan en un hotel para ir al día siguiente al funeral de un familiar. Ella, empieza a sospechar que su marido tiene una aventura viendo como su relación se ha convertido en un agujero de soledad. Él ama a su esposa pero ha perdido la pasión inicial de cualquier relación. La tensión y la frialdad va creciendo entre ellos, no tienen relaciones desde hace mucho y sienten que el camino de sus almas se está separando. En el bar del hotel, entra en escena una joven "lolita" que tiene que pasar la noche allí esperando a que a la mañana siguiente su madre pase a buscarla. El esposo entablará una conversación con la chica y decidirá invitarla a que suba a la habitación para que pueda descansar. Su esposa no se lo tomará bien y provocará que salga a la superficie todos los miedos y resentimiento acumulados en el matrimonio durante años. Pero, Pen-ek Ratanaraung, no tiene suficiente con esa historia y la intercala con otra más secuandaria sobre dos empleados del hotel y la pasión sexual que surge entre ellos y como mantienen viva esa llama a través de fantasias creados por ellos mismos.
"Ploy" es un drama psicológico de alto contenido erótico con una narrativa poco convencional, sugerente y atractiva a veces, confusa y desquiciante otras, pero siempre extraña y lenta. No me pareció tan mala como la pintan las votaciones del público, pero es cierto que por momentos la historia se vuelve tan críptica que te hace dudar de lo que nos quiere contar el director realmente, lo que es real y lo que no. Es de esas películas que proponen un juego para descifrarlas y la paciencia del espectador dependerá de la forma de disfrutarla o despreciarla, un cine que provoca amores y odios, pero difícilmente te deja indiferente.
Aunque el conjunto no es redondo y la media hora final se le va de las manos, si se cogen momentos aislados, escenas sueltas, el producto tiene cierto interés y a través de las imágenes se nos transmiten muchas sensaciones, a flor de piel, sobre celos y pasiones, encuentros y desencuentros, pero al juntar todas esas escenas el producto no termina de cuajar y más de un bostezo se pudo escuchar en la sala. Hay gente que compara el cine de este director tailandés con el de David Lynch, me faltaría visionar toda su obra para formarme una opinión más completa, incluso revisar este film un par de veces más (esta película requiere de varios visionados para ir captando todas las ideas del director), lo que es innegable es la capacidad de Pen-ek Ratanaraung para recrear atmósferas, para desdibujar la línea que separa los sueños de la realidad, para provocar sensaciones casi físicas y para desconcertar con un ritmo increíblemente lento que pone a prueba nuestros nervios. Si buscas cine insólito esta puede ser tú película.
